Vuelvo de este largo puente del Pilar en que no he visto la tele ni oído la radio con la noticia de que el Nobel de la Paz se lo han atribuido a un tal Obama (Obama, Osama, Ofama, OhBuana, Osllama, Oscalma, Ohmamma, Afgano, Irakno) ¿Quién es tal pretendiente, oh dioses? ¿Alguien que se ha puesto de escudo entre los asediantes y los asediados en alguna guerra? ¿Alguien que ha negociado todas las paces de todas las guerras en que está inmerso su país? ¿Alguien con un espíritu transparente y desinteresado que está dispuesto a dar la vida por los demas? Aunque tal vez haya ya otro Oswald acechando en la oscuridad de algún rascacielos para repetir aquella tragedia de Dallas; pero en todo caso sería una muerte no pretendida ni anunciada ni intermediada. No, no. ¿Son sus méritos haber sucedido a un servil y odioso Bush? ¿O tal vez se debe su ascenso a ser el presidente de un país al que toda la política internacional teme y ante el que tiembla?. El comité de designación de los JJOO de 2016 ha sido más independiente y menos temeroso al excluir al Chicago capitalizado por el mismo pretendiente de color. Un premio de tan prestigiosa reputación sería entonces el fruto de la mera hipocresía y la falacia. ¿Es por falta de candidatos idóneos? Viendo en la lista a Piedad Córdoba, a Barenboim uno tiene sus dudas. Tal vez a Paris Hilton, porque muchos brutos de la tele, la red y del sexo se quedan en paz después de darse un descanso con ella. A Fidel Castro porque lleva más de 50 años sin guerra en su país –todo un récord- O a la coral universitaria de Valencia que canta todas las navidades su consabida nochedepaz.
Cualquiera puede, cualquiera, aspirar a ese galardón a partir de ahora; cuanto más miserable, mejor. Ese el mensaje que se saca de la concesión del año actual. A este paso el próximo se lo darán a un segundón de pro como es un tal Zapatero, segundón de Felipín a quien imita obsesivamente en sus gestos e inflexiones, aunque con total incapacidad vocabularística; segundón de Obama, que le ha arrebatado una fama que aquél creía merecer por su condición de visionario de las civilizaciones y de la economía de su país, pero para la que tiene menos tirada y postura que el americano; y porque no sabe inglés. Hoy recibe aquel a este. Se le estará cayendo la baba de gusto, lo que no oculta ante las cámaras. La trampa o el precio que habrá que pagar -ya lo veréis- es la cantidad de presos de Guantánamo que se vendrán de vacaciones para este país y la concesión de más de efectivos que se irán al infierno de Afganistán. Esta piltrafa de politiquillos son tan peligrosos como los reaccionarios. Y así este premio que debería ser una propuesta de un ejemplo a seguir y de una personalidad u organización que se deje la piel por llevar a este mundo de violencia in crescendo la verdadera paz, se está cada vez más “llenando de mierda” –en palabras de CJCela, que también pudo haberlo merecido después de escribir su Diccionario secreto. Desde hoy Oh-Bama, te repudio un poco más. Y para los miserables concesionarios de dicho premio, por su parcialidad, su dependencia, su chaquetería, su lameculería... mi más denigrante desprecio. En homenaje de todos ellos